AMARTE CON EL CORAZÓN DE NIÑOS
Nos hacemos niños en tus brazos señor, porque nos deleitamos y regocijamos en tu presencia sanadora y un corazón que llora de amor por ti.
Soñamos, con tu rostro, que guardamos en el recuerdo de nuestra alma que quiere seguirte.
Permite nos amarte como pequeños, que entregan su cariño abandonados en confianza y transparencia, reflejada en sus ojos tan puros y cristalinos como tu señor de amor.